domingo, 12 de mayo de 2013

Crónicas del último mes en México. #5

 Sábado.


Me desperté con el celular, vibrando por los mensajitos del whatsapp.
Lo primero que hice fue esperar a que se me pasara el mal humor.
Lo segundo, aprovechar y mandarle el mensaje a Pochi de eso que tanto me quedé pensando ayer, toda la noche.
-Tuve una revelación, cuando vuelva a Argentina quiero empezar a aprender tango y vos tenés que ser mi pareja.
- Negro sos brujo!? empecé la semana pasada! con un amigo, pero si, de una.
Curiosidades de la vida.
Nos reímos mucho y nos preguntamos sobre la telepatía y si algo de eso habrá influido. No se.

A la tarde vino Hello, la gatita de al lado. Es blanca íntegra, nunca había visto una así. Jugamos y desparramó muchos pelos que más tarde barrí porque Deivid es alérgico. Una picardía.

Chateé con Fran,  estaba en Roma y habían ido al Vaticano y vieron la capilla y le pareció más chica de lo que pensaba, pero estaba enloquecido. Me acuerdo que cuando fuimos con mamá estaban remodelándola y el Coliseo también y no pudimos entrar a ninguno de los dos, así que Roma nos estafó un poco.
Pero es increíble si.
Jamás hubiese imaginado la situación de estár chateando con Fran desde dos países distintos que no fueran el nuestro, la otra vez se lo dije y coincidimos. La verdad que lo extraño mucho, como es, ya estamos más allá del bien y del mal, y desde acá lejos mucho mas.
Después hablé con Dani que estaba super felíz con su trabajo nuevo y el lobo que ganó y el asado que se estaba por mandar. Y lo extraño también, infinitamente. Nos extraño, a los tres.

A la noche Deivid me pidió si por favor le explicaba como hacer la masa de la tarta, y por supuesto lo fui a ayudar y terminamos cocinando juntos.
Deivid es lo más, me encanta charlar con él, es muy tranquilo y honesto, te da como esa cosa verdadera de los amigos.
Se vino de New York hace como un año casi, y se va a quedar más porque le encanta y por Ana, claro.
Con Deivid si me gusta hablar en castellano, primero porque el quiere aprender y segundo porque es de lo más divertido, ver como con toda su parsimonia busca e inventa las palabras. Es genial.
Tiene una visión muy clara de las cosas, de su país, de acá y de sudamérica.
Sueña con conocer más de Sudamérica aunque ya fue a Brasil y a Perú. La otra vez dijo algo como que acá le encanta, pero le extraña mucho el hecho de ver como la gente reniega de sus raíces, curiosamente, con tradiciones tan marcadas y visibles. Yo pensaba exactamente lo mismo.
Es un hermoso país con contradicciones, si que lo es.
Antes de ir a comer me preguntó por qué me regresaba, y noté que realmente le interesaba saber.
Y sentí que fue la primera persona acá, o una de las primeras con los chicos, a la que realmente le interesó, y que realmente me escuchó y entendió.
Un tipazo el Deivid.

Fuimos a comer al lado, a la casa de Ana. Me encanta porque estos departamentos son iguales pero espejados y bueno, con todo el maquillaje acorde a sus habitantes.
Ana es divina, su casa también y hacen lindísima pareja con Deivid.
Comimos las tartas y les encantaron. Tomamos un poco de vino y jugo de naranja y piña con tequila.
Además de Hello, Ana tiene a Sargento, un perro de lo mas gracioso de esos con flequillo.
Tiene también el patio re lindo lleno de plantas y papiros re altos.
Hablamos mucho y Ana también nos contaba y nos preguntaba mil cosas, y también ella nos entendía y le importaba.
Le conté a Deivid del programa de radio y le re copó, me pidió que le pase algunos para practicar castellano y me hizo reir mucho, pero me dio mucha alegría y ternura también. Se los voy a pasar por supuesto.
Cuando terminamos de comer jugamos dominó, hacía mil años que no jugaba y creí que me iba a aburrir pero nos re divertimos.
Ganó Ana, pero en un momento yo la estaba peleando, después ya no. Me re copó.

Se hizo bastante tarde para el horario nocturno mexicano y nos despedimos. Prometimos repetir pero con empanadas y con pastas. Ana quiere ambos platos un mismo día, pero le explicamos que no pegan ni ahí. Así que serán dos, o más. Seguro que si.

Cuando subía las escaleras hasta el cuartito me puse a pensar en todos estos días que pasaron y en hoy. Y me puse muy felíz de haber venido para acá, de poder pasar este último mes así, entre rumanas tangueras, mexicanos en patineta y yanquis bien latinos. Y que pese a que todos parezcan personajes, sean tan reales y verdaderos.
Yo se que honestamente y con el corazón, los voy a extrañar mucho mucho. Como a Fran en Roma o a Dani en casa.
Así.








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