me deja con un calorcito en la piel que quema
con la vereda y los mates, el asfalto vibrando en el horizonte.
me deja en la guitarra en la voz en la garganta, canciones alegres
y me deja marrón, quemado hasta los pelos y con malla y ojotas y las gafas mas verdes del mundo.
me dejó en una casa en una montaña en una ciudad,
lejos y hermosa me deja hermoso en el río, me deja revuelto me deja golpeado y volando en el agua.
me deja tirado en el pasto y en las rocas, en la arena y en el sol.
en la pile de allá y de acá y en el caminito de ladrillos,
o en en la reposera leyendo a Denevi- "soñar, vivir...¿ dónde está la diferencia?", Canegato se defiende apasionado.
me deja pintado de menta de pies a cabeza, bailando con bandas allá, bailando la música que quería. la música esa, la de enserio. otra no quiero más, basta!
me deja mirando, observando, cultivando la cabeza llena de libros y películas, y Scottie tiene vertigo, Marion muere brutalmente en la ducha, y Marnie oculta un pasado traumatico. pobres todos, miserables.
me deja una pared de luces que nunca voy a derribar, pero algún día si quiero trepar.
me dejó frustrado, sin quinta con tereré y chicharras. sin cuadros olvidados que terminar.
sin final para completar y con un par de burocracias basura que fumar.
me deja con lugar para algunas cuantas cosas más.
me deja con ganas de hablar en el micrófono que se escucha en las casas, en muchas casas,
y con mil ganas más de volver contra el fin del mundo.
me deja con ganas de terminar, de quemar y de quemarme y de seguir
de empezar a vivir la carne la calle la piel de mi mismo
de hacer todo eso que quiero hacer
de hacer un millón de cosas que hay por hacer
de cambiarme y de cambiarlos y sentir que valió la pena.
valió la pena?
por supuesto que si, con verano en la cabeza todo vale la pena.
